“Aunque se ha avanzado, el objetivo debe ser erradicar el hambre total”
fuente: el caribe
Según el organismo, de la población local el 4.6% está subalimentada y el 19 % vive en inseguridad alimentaria
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) desarrolla en República Dominicana programas para fortalecer la seguridad alimentaria y la adaptación al cambio climático, entre otros grandes temas no menos importantes.
Los datos ofrecidos por Rodrigo Castañeda, representante local de la institución, indican que el país ha experimentado una disminución en el indicador de subalimentación (hambre; porcentaje de la población que no alcanza las energías calóricas para un día normal), que actualmente se sitúa en 4.6%. Esta cifra es significativamente menor que el promedio en la región del Caribe y el mundo, lo que demuestra avances en la lucha contra el hambre. Sin embargo, Castañeda enfatiza que, aunque estos logros son alentadores, el objetivo final debe ser la erradicación total del hambre.
La FAO tiene como mandato apoyar a los gobiernos en la implementación de políticas públicas que garanticen la disponibilidad y acceso a alimentos. Castañeda señala que se trabaja de manera conjunta con las instituciones del Estado, agricultores, asociaciones y medios de comunicación; estos últimos como aliados en la difusión de las acciones y entes de aporte a la mejoría permanente.
“Nosotros armamos un plan dependiendo de cada país, de la condición del país, dependiendo de las prioridades que en ese momento tenga el país y movilizamos expertos. No somos una institución de financiamiento. No tenemos recursos grandes. Somos una institución de especialistas, de conocimiento. Usted en la FAO va a conseguir el especialista más actualizado en producción animal; al especialista mejor evaluado en cambio climático. Lo que buscamos es acercar el conocimiento al país para encontrar soluciones (…)”, explica Castañeda, respondiendo a una pregunta de múltiples preguntas formuladas en la entrevista especial de elCaribe y CDN37.
Acudió al encuentro junto con Mariella Ortega, especialista en Seguridad Alimentaria y Nutricional; Daniel Valerio, especialista en Recursos Naturales, Gestión de Riego y Cambio Climático; Diego Rojas Morea, coordinador Proyecto Bioseguridad Porcina, y Greysy Reyes, del área de Comunicación.
La FAO aporta conocimientos especializados, facilitando programas de trabajo anuales con el gobierno para impulsar políticas de seguridad alimentaria. En el contexto de la seguridad alimentaria (disponibilidad económica para poder comprar alimentos) en la República Dominicana, los datos que maneja Castañeda indican que el 19% de la población se encuentra en situación de inseguridad alimentaria, una cifra que ha disminuido del 22% en los últimos cuatro años. Si bien hay mejoría, sigue siendo un desafío poder llenar ese hueco, de gente que no tiene dinero para comprar comida o tiene estrés para lograrlo.
¿Esa mejoría en el aspecto de la seguridad alimentaria se puede atribuir al aumento de los subsidios sociales?, le pregunta Alba Nely Familia, directora de CDN, a Rodrigo Castañeda. Parte de su respuesta fue esta: “Tiene que ver con que hoy día no hay problema de producción, todo el mundo sabe cómo producir, todos los países tienen capacidad de producción, algunos más, algunos menos. El problema es porque las familias no tienen dinero para comprar, y ese dinero tiene que ver con la generación de ingresos, tiene que ver con salarios, tiene que ver con empleo…”.
Y agrega: “Obviamente la protección social y el apoyo gubernamental a programas de alimentación ayuda muchísimo, porque esas familias reciben un porcentaje de su salario del estado para dedicarlo al alimento. Eso ayuda lógicamente a que tengan más acceso a comprar su alimento”. Desde el punto de vista de la FAO-República Dominicana, uno de los desafíos del país es la adaptación de su producción agrícola a las nuevas condiciones climáticas. “Hoy día los patrones de meteorología, de lluvia y sequía han cambiado mucho”, indica Castañeda.
“La forma de producir cambió”, advierte, con la certeza de un profesional conocedor del tema. Es chileno de nacimiento y economista con doctorado en Planificación de Desarrollo Sustentable y Manejo de Proyectos, de la Universidad Politécnica de Madrid. Su formación académica se complementa con un Máster en Desarrollo Rural y posgrados en Responsabilidad Social Empresarial y Políticas Públicas (Universidad Chile).
En el 2007 se unió a la FAO en Chile, para liderar el programa regional de fortalecimiento de la alimentación escolar en los países de América Latina. Posteriormente, fue destinado a la Sede de FAO en Roma, Italia, donde ocupó el cargo de director Adjunto de la División de Asociaciones a nivel global, puesto en el cual implementó un modelo de alianzas público-privadas entre la organización de la que es parte, el sector privado y las entidades de agricultores, para promover la inversión en agricultura.
Ha escrito varias publicaciones en las que aborda temas como desarrollo rural, acceso y acaparamiento de tierras, agricultura familiar y alianzas público-privadas en el marco del cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
Desde junio de 2020, es el representante de la FAO en República Dominicana. En el territorio nacional, el organismo de las Naciones Unidas colabora con los ministerios de Medio Ambiente y de Agricultura para incorporar tecnologías y buenas prácticas en la producción agrícola, adaptándose así a un clima que se ha vuelto más impredecible. Las proyecciones para 2050 sugieren un aumento de las temperaturas de entre uno y tres grados celsius y una disminución de la precipitación en varias regiones del país.
Castañeda destaca que República Dominicana, debido a su ubicación geográfica, es altamente vulnerable a los efectos del cambio climático.
Este fenómeno no solo afecta la producción agrícola, sino que también incrementa la inseguridad alimentaria. Las pérdidas en la producción debido a cambios en el clima provocan un aumento en los precios de los alimentos, generando aún más dificultades para las familias de escasos recursos. En este sentido, la FAO ha implementado programas que buscan apoyar a pequeños y medianos agricultores en la adaptación a estas nuevas realidades climáticas, trabajando de la mano con el gobierno para garantizar que las soluciones sean sostenibles y se integren a las políticas públicas del país.
Educación es fundamental; ejes…
La FAO –de acuerdo con lo explicado tanto por su representante, como por el staff que le acompañó- también se ha enfocado en la necesidad de educación y capacitación en el sector agrícola. Castañeda señala que la forma de producir ha cambiado y que la generación de datos es crucial para identificar las mejores prácticas. “Intentamos incorporar a los jóvenes con la tecnología para que a través de la tecnología se pueda manejar las fechas de siembra y la forma de producción”, dice, haciendo hincapié en la importancia de la transferencia de conocimiento entre generaciones.
Las áreas principales del trabajo de la FAO en República Dominicana son: seguridad alimentaria y nutricional, adaptación y mitigación del cambio climático, sanidad animal y vegetal, cifras del hambre, Iniciativa Campo Conecta, Iniciativa Mano de la Mano
En el encuentro de ayer se explicó que el fortalecimiento del Programa de Alimentación Escolar (PAE) busca mejorar la nutrición de más de 1.8 millones de estudiantes en 36 centros educativos de 9 provincias. Este proyecto promueve menús más saludables al incluir frutas, verduras y hortalizas, reduciendo el consumo de alimentos procesados y contribuyendo a la disminución de la obesidad y los Gases de Efecto Invernadero (GEI). Además, se han instalado sistemas de captación y aprovechamiento de agua de lluvia y se implementa un programa para reducir pérdidas de alimentos en los sectores agrícola, turístico y educativo en tres provincias. Las acciones de la FAO se enfocan, además, en mejorar la capacidad de respuesta y prevención de incendios forestales, protegiendo áreas montañosas en riesgo.
La vigilancia epidemiológica y la mosca
República Dominicana enfrenta aumento en el riesgo de enfermedades en la pecuaria, como la peste porcina africana, peste porcina clásica, influenza aviar altamente patógena y fiebre aftosa. Estos riesgos han crecido debido a factores climáticos, comerciales y a la movilidad de personas, plantas y animales. La oficina local de la FAO trabaja en vigilancia epidemiológica, preparación ante emergencias sanitarias, recuperación del estatus fitosanitario y bioseguridad. Entre sus iniciativas clave se encuentran el Plan de Bioseguridad Porcina, el Programa de Medios de Vida, la recuperación del estatus de país libre de la Mosca del Mediterráneo y el Proyecto Ectad. Castañeda citó -de otro lado- el Programa Campo Conecta, que busca promover el desarrollo rural sostenible, a través de la conexión estratégica entre organizaciones de productores y actores del sector agropecuario.
Puntualización
El clima modificó su velocidad. Hoy día llueve 350 milímetros de agua en tres horas, eso antes no pasaba. Y eso nos impacta a todos”
En proyectos…
Acompañamos a los gobiernos, porque son políticas públicas; hacemos con ellos transferencias tecnológicas y de nuevas formas de producir”
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