728x90-roblox-ad-banner_131484-q5gp6q8ilr7dfw85xtymxj6t1gazl6io91ay0i4vb8

EN MEMORIAN ÁLVIDA MARINA SANTANA VIUDA DÍAZ

  • 142Vista

Nacida en esta ciudad de Barahona el 13 de agosto de 1936, fueron sus progenitores don Federico Santana Suero y doña Hortensia Acosta Ferreras.

En la escuela para niñas situada donde hoy existe el Edificio Rodolfo Lama propiedad de Empresas Radiofónicas S. A. cursó los estudios primarios, y los secundarios en la Escuela Normal Secundaria ubicada a la izquierda del puerto, donde se tituló como Bachiller en Filosofía y Letras.

En 1960 contrajo matrimonio con el señor Sócrates Díaz Peña, empleado del Ingenio Barahona, con quien procreó su familia, compuesta por 9 hijos, 6 hembras y 3 varones, todos profesionales, más numerosos nietos y bisnietos, de la cual decía sentirse satisfecha.
En la educación pública comenzó a laborar en 1954 a la edad de 18 años, en una iglesia que habían construido unos haitianos al lado de la residencia de la familia Lebreault, la cual fue conocida con el nombre ″La Bervena″ con un sueldo mensual de 5.74 pesos. Desde ahí paso a la laborar a la entonces sección La Guázara educación de adultos, más tarde al Patronato San Rafael, hoy Leonor Feltz.
En el Batey Central del Ingenio Barahona laboró en una escuela denominada María Martínez de Trujillo, luego en el colegio Perpetuo Socorro y, en 1967, ingresó a prestar servicios en la Escuela Primaria e Intermedia Anaíma Tejeda.

Apenada por la situación de la mayoría de los estudiantes que cuando concluían el octavo grado debían trasladarse al liceo Dr. Federico Henríquez y Carvajal para cursar el bachillerato mientras otros se empleaban como obreros en el ingenio y otros ″chiripeaban″ con la intención de ayudar a sus familias, muchos se entregaban a la bebida y olvidaban los estudios, tal preocupación motivó a Álvida a movilizarse en pro de la creación de un liceo nocturno para el Batey Central por lo que, junto con las maestras Melania Suero y Emilia Dilón se dirigió a la entonces Secretaria de Estado de Educación, Bellas Artes y Cultos, quien le prometió pensarlo. Concedida la creación y postergada su puesta en funcionamiento, en un pequeño espacio prestado inició labores para el año lectivo 1974-1975 con grados desde sexto de primaria y primero a tercero de secundaria. La cuota de inscripción fue de 5 pesos y la mensualidad 3 pesos. El nombre de la nueva escuela, José A. Robert.

En 1980 fue oficializado el liceo con el mismo nombre y en él se desempeñó Álvida como Secretaria Docente hasta que en 1993 el director nombrado se retiró y fue ella su directora hasta salir jubilada el 29 de noviembre de 1999 tras 45 años de servicio.
Profesorado en Letras en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, extensión Suroeste, curso de Locución y estudios de la carrera de Derecho interrumpidos al iniciar la vida familiar conformaron su formación académica.

Vocación de servicio, dedicación y deseos de ayudar al prójimo desinteresadamente distinguieron a Álvida, quien no limitándose a las labores de maestra y madre ejemplar, se desenvolvió en los ambientes clubístico y deportivo, desempeñando posiciones tales como: presidenta cuatro veces del club de Leones Barahona Central, primera vocal y primera vicepresidenta del Comité Ejecutivo de la Unión deportiva de Barahona. En la Iglesia católica se dedicó a evangelizar.

Diversos reconocimientos fueron otorgados a Álvida por sus labores en el movimiento deportivo, por sus labores en el sector educativo, y por sus cincuenta años de matrimonio. El 9 de mayo del 2008, un centro educativo del nivel básico inaugurado en el sector El Tanque en Villa Central fue designado con su nombre, en su honor por sus méritos como educadora.

Decía también sentirse honrada con el reconocimiento personal de estudiantes y demás miembros de la comunidad de Villa Central y del pueblo de Barahona en general, mientras destacaba que tenía mucho amor para dar y que lo recibía igual y que daba gracias a Dios por todo.

Foto de Juan Francisco Matos

Deja un comentario

Vuelve al inicio